
Normalmente acompaño a Carlos mi novio de turno, a las reuniones que hay entre sus amigos de trabajo, porque es lo que una novia debe de hacer y no es que siempre hago lo que debo, sólo que ver a Carlos sonreír me hace enormemente feliz. El sábado pasado fuimos a una reunión en casa de Frank, nos retrasamos un poco (por no tener carro propio) cuando llegamos, casi todos los invitados ya estaban ahí.
Entre la sala y la cocina algo me llamo la atención y no es un adorno, una mujer alta, de cabellos negros, de figura muy pronunciada, ese encanto de mujer perfecta.Pregunte curiosamente a mi novio ¿Qué quién era? es Natalí dijo y siguió conversando. Mientras esperaba ansiosamente que Carlos me la presentara, no deje de mirarla, después de tanto esperar, Natalí se acercó a saludarnos y a mí me temblaron las piernas, el estómago se me revolvió, me transpiraron las manos, deje de parpadear por un minuto, empecé a sudar frío, en resumen estaba nerviosa como cuando fue mi primer beso, me la presentó y siguieron conversando, mientras yo pensaba: ¡carambas! Dios existe... y demostró su perfección en ti, eres realmente bella, por dos o tres segundos la imagine desnuda, sí Natalí te he imaginado desnuda muchas veces y desde ese día sigo soñando contigo, en que te beso…y tú me besas, nuestros cuerpos se mueven, te acaricio…me acaricias, nos olvidamos del tiempo, de quien soy yo de quien eres tú, y te amo...tú me amas, y pienso en que todos quieren ir al paraiso que Dios a prometido y yo sólo quiero estar contigo.