Pages

jueves, 9 de septiembre de 2010

Mi querida Sofía



Anoche desperté pensando que eras tú quien dormía a mí lado, no puedes imaginar cuanto te extraño, y la falta que me haces, me parece que fue ayer cuando te vi marcharte, sentí ese mismo hincón en mi pecho cuando vi que no eras tú. Ahora recuerdo esas tardes, donde nos desnudábamos y pasábamos horas contemplando nuestros cuerpos, imaginando nuestro futuro juntas, como olvidar que fue contigo mi primera vez, hurgaste temblorosamente mi entrepierna, sentiste el calor de mi cuerpo, pensaste que era el fin de nuestras aventuras, pero en realidad luego supiste que era el comienzo de nuestras vidas juntas. Aprendí hacerte el amor como a un robot, seguía tus órdenes a la hora que tú querías, los días que tú preferías y las posiciones que más te excitaban, me acostumbre a tu olor a saborear tu vulva.